Antes de emprender un nuevo proyecto o negocio debemos contar con una planeación estratégica que contenga: análisis financiero, estudio técnico sobre productos y servicios, análisis de mercado (demanda y competencia), estudio de ubicación, estructura operativa y organizacional, aspectos legales y fiscales, plan de mercadotecnia, creación y diseño de marca entre otros.
Si el negocio es una franquicia, gran parte de estos análisis o el cómo desarrollarlos serán proporcionados por el franquiciante; es conveniente validar estos estudios e incluir un análisis jurídico respecto de los derechos y las obligaciones que está por adquirir en virtud del contrato.
Dentro de los aspectos financieros a considerar, están los siguientes: pronóstico de ventas, proyección de gastos, estructura de costos, utilidad esperada y ciertos indicadores, como punto de equilibrio, retorno de inversión, valor presente neto y tasa interna de retorno; sin embargo, hay un tema que resulta fundamental y que si se sale de nuestro control puede representar el fracaso del proyecto, esto es: la inversión inicial.
Debemos entender por inversión la materialización de recursos financieros o capital para adquirir bienes, servicios, infraestructura o insumos destinados a la operación de un negocio; de cierta forma, se estaría disponiendo de recursos actuales –propios o financiados–, a cambio de una expectativa económica de beneficios futuros.
Para determinar la conveniencia al momento de realizar una inversión hay que evaluar, entre otros, los siguientes aspectos: el rendimiento esperado, considerando distintas variables de rentabilidad; el factor riesgo; la ventana de tiempo para recuperar la inversión o retorno de inversión esperado, así como la generación de utilidades reales.
Dependiendo el tipo de negocio, la inversión se integra por diversos rubros, como por ejemplo los relacionados con el inmueble; su búsqueda, selección y análisis de geomercadotecnia; depósitos de renta y garantías; proyecto arquitectónico; construcción o remodelación; instalaciones y acabados, así como licencias y permisos. Hay proyectos que requieren la adquisición de un inmueble o el pago de traspaso o “guante”, recursos que si bien se desligan del proyecto central al ser considerado como una inversión inmobiliaria, debe tenerse en cuenta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario